Francisco López Alfaro
No tengo nada en contra de Fermín Galeote, pero parece evidente que no está en disposición de impedir el ¿inevitable? descenso a Segunda B de un plantel que festejó su ascenso a la Liga Adelante por las calles de la capital hispalense. El domingo, sin ir más lejos, ya dijo abiertamente que hacen falta fichajes en el mercado invernal para, al menos, pelear por mantener la categoría con cierta dignidad. Nadie dice que su puesto corra peligro, pero que varios entrenadores en paro se dieran una vuelta por la ciudad deportiva para presenciar in situ el duelo del Sevilla Atlético contra el Elche lo dice todo. El sevillista se pregunta a estas alturas del camino, ¿hay alternativas que puedan enderezar el rumbo de un conjunto tan mediocre? Algunas. Una, curiosamente, la que casi todos quieren: la de Francisco López Alfaro.
Hablar del ursaonense es hacerlo de uno de los mejores futbolista que el que escribe ha visto sobre un terreno de juego. No estoy loco, ni pretendo estarlo. Soy de los que piensan que estamos ante un jugador mejor que Zidane. Lástima que nunca defendiera la camiseta de un grande como el galo para demostrarlo. En el Sevilla brilló con luz propia hasta que chocó con Vicente Cantatore. También lo hizo en el Espanyol, donde firmó decenas de tantos para enmarcar. Dicen que un problema familiar le impidió firmar con el Barcelona en 1986. De haberlo hecho igual su currículum estaría en estos momentos adornado con esos títulos que alguien de su valía mereció. Listo dentro y fuera de los terrenos de juego. Inteligente hasta el punto de hacer sus pinitos por la Avenida Ramón y Cajal, donde comenzó a estudiar una de esas carreras que tan complicadas son de terminar. Incluso tuvo el privilegio de casarse con unas de las chicas más famosas de los años 80. Vamos, con la Pilar Rubio del momento.
Como entrenador ha tenido éxitos y fracasos. Hasta extraños ceses... como el sufrido por ser “sevillista” cuando tenía al Real Jaén al borde de los puestos de ascenso a Primera. Desde entonces, nunca han estado tan cerca de la elite los del Santo Reino. Francisco López Alfaro, la primera opción de los incondicionales del plantel nervionense para tomar las riendas de un filial que no merece que lo dejen abandonado a su suerte. Conociendo el carácter competitivo de José María del Nido, seguro que hay decisiones al respecto para que el Sevilla Atlético siga siendo el mejor filial del fútbol patrio. Más pronto que tarde.
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